domingo, 1 de junio de 2014

La Sombra, 3ª Parte


Nuestra gran Adversaria y Maestra


Pero, ¿qué sucede si nos negamos a enfrentarnos a nuestra Sombra y huimos de ella?



La Sombra, como parte indivisible que es de nuestro ser, persigue incansablemente un único fin: Que la reconozcamos y aceptemos en nuestra vida como una parte legítima de nosotros; y si no lo consigue por las buenas, lo hará por las malas...
Siguiendo con las enseñanzas de Carl Jung, aquí he seleccionado una especialmente apropiada:

"Cada uno de nosotros proyecta una sombra tanto más oscura y compacta, cuanto menos encarnada -presente- se halle en nuestra vida consciente.
Esta sombra constituye, a todos los efectos, un impedimento inconsciente que malogra nuestra mejores intenciones.”


Hay un ejemplo de la vida real que expone de manera explícita y dramática las consecuencias que conlleva la renuncia a enfrentar la propia Sombra: ¿Has oído hablar de Oscar Pistorius? 


Se trata de un atleta paralímpico sudafricano, quien se hizo famoso en todo el mundo por sus victorias en las competiciones de atletismo en las distancias de 100, 200 y 400 metros, además de por haber conseguido varios records mundiales, todo ello corriendo sobre dos prótesis en forma de ballesta construidas en fibra de carbono, pues le habían amputado las dos piernas por debajo de las rodillas cuando tenía diez años de edad.
No contento con esto, aspiraba a representar a su país en los Juegos Olímpicos, corriendo contra atletas sin ninguna limitación, de tú a tú, además de disfrutar de un estilo de vida dinámico, en el cual alternaba sus entrenamientos con aventuras extremas y pilotaje de motos de gran cilindrada especialmente adaptadas a sus peculiares características físicas.
También tenía una relación de pareja con una bella modelo de su país, y es que Oscar Pistorius jamás quiso que una minusvalía física le condenase a vivir una existencia con limitaciones.
Todo era maravilloso en su vida, pero un día... Su Sombra hizo acto de presencia, en forma de un homicidio, concretamente el de su bella novia Reeva Steenkamp, perpetrado según las pruebas aportadas en el juicio, por él mismo.



¿Qué pudo suceder para que algo así ocurriera, arruinando una vida de triunfos contra todos los pronósticos?
Hemos de pensar en Oscar Pistorius como en un hombre con una enorme determinación, dotado de una gran fe en si mismo y de una voluntad inflexible. Solo así pudo haber triunfado contra su minusvalía física, las burlas de sus compañeros de colegio, las múltiples trabas de la sociedad, y por último, las altísimas exigencias de la alta competición deportiva.
Pero esas destacadas cualidades van acompañadas de su contraparte negativa, y cuando la persona se niega a trabajar con éstas, es decir, a hacerse consciente de ellas, trabajando para transmutarlas, éstas se harán presentes en la vida consciente de la manera más llamativa y destructiva posible.
Pues como nos enseña la Sabiduría Atemporal: “La Luz más potente proyecta la Sombra más oscura.”



Afortunadamente, la Sombra no se manifiesta solamente en conductas tan destructivas como son los asesinatos, sino sobretodo y principalmente, en aquellos rasgos y conductas de otras personas que nos son especialmente irritantes, porque lo que no podemos aceptar en nosotros se manifiesta ante nuestros ojos como aquello que consideramos inaceptable en los demás.
Esto es conocido en Psicología como Mecanismo de Proyección:


¡Y es también una maravillosa oportunidad para descubrirnos a nosotros mismos! Solo hemos de escuchar a nuestra emociones, porque ellas son la clave para ponernos en alerta:
Aquello que despierta nuestras emociones nos está reclamando nuestro reconocimiento y aceptación, pues de otro modo, simplemente lo veríamos con desapego emocional, con ataraxia, sin que nos conmoviera en modo alguno.
Siddharta Gautama, el Buda, dijo en cierta ocasión:

"Si camino junto a dos hombres, uno de ellos virtuoso y el otro malvado, imitaré al primero en todo lo que me sea posible, mientras que observaré los defectos que vea en el segundo para corregirlos en mí mismo.”



¡Efectivamente! Dado que no existe la Luz sin la Oscuridad y viceversa, aquello que nos emociona en positivo también nos brinda una valiosa pista sobre los contenidos igualmente positivos de nuestra Sombra que no reconocemos.
Todo aquello que admiramos en los demás, está presente también en nosotros, aunque sea en estado latente, esperando a ser despertado.
¡Muy bien! Deseo, querido lector o lectora, que con la lectura de este artículo hayas comenzado a tomar contacto con la Sombra que todos tenemos, y también a reconocerla en ti, en sus manifestaciones en tu propia vida, y por supuesto en ese maravillosamente útil espejo que son las demás personas, que tanto nos puede ayudar, si estamos abiertos y somos coherentes con nosotros mismos, en nuestro camino de evolución.



 
Más adelante, en un nuevo artículo, compartiré contigo algunas claves prácticas para trabajar con la Sombra, tanto la tuya como la de otros, cuando en este último caso esté influyendo en tu vida.
Hasta entonces, ¡Feliz Travesía, Timonel de tu Vida!


Si no has podido leer el artículo completo, aquí tienes los links de la 1ª y 2ª Partes:



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