domingo, 31 de agosto de 2014

Superhéroes, ¿Fantasía o Realidad? 1ª Parte


Qué representan los Superhéroes para nosotros

¡Superhéroes! Fantásticos, invencibles, indestructibles... Están aquí para salvar al mundo de la maldad, sirviendo y protegiendo a la Humanidad, amenazada por los más diabólicos, inteligentes y peligrosos criminales que jamás haya conocido la Historia.



Este es el mensaje que llega hasta nosotros desde cine, la televisión o los cómics; viendo una película sobre ellos, disfrutando con sus hazañas desde la pequeña pantalla, o deleitándonos con ojos de niño con sus atléticas y poderosas poses, mientras persiguen y destruyen al Mal página tras página en en cualquiera de los múltiples cuadernos de historias gráficas que se publican sobre ellos, ¿verdad?
Efectivamente, los Superhéroes son, por méritos propios, una parte inseparable de nuestra cultura contemporánea; su presencia es muy fuerte en los mass-media, es decir, los medios de comunicación de masas, y este lugar de honor lo vienen ocupando desde que fueron presentados al mundo, hace más 70 años... 
 



En aquellos época nuestro abuelos eran unos niños, y el mundo tal y como lo conocemos hoy en día estaba comenzando a gestarse.
¿Cuál fue su origen, y porqué han llegado a ser tan importantes para nosotros? Bien, lo cierto es que ellos nacieron en una época que tenía mucho en común con la nuestra. Era aquella una época marcada también por una profunda crisis...
¿Recuerdas el Gran Crack de la Bolsa de Wall Street en octubre de 1929? Ese fue el inicio de La Gran Depresión; fueron tiempos muy difíciles, tanto como los actuales. Apenas hacía 11 años que había acabado la 1ª Guerra Mundial, conocida entonces como La Gran Guerra, que devastó buena parte de Europa y había ocasionado la ruina de países enteros, la caída de regímenes políticos asentados desde hacia siglos, y provocado, directa e indirectamente varias revoluciones, además de millones de muertos, mutilados y desaparecidos a lo largo de los cuatro años que duró. 
 


El mundo aún no se había recuperado de semejante catástrofe, cuando el crack bursátil de la bolsa de valores más importantes del mundo quebró, provocando una nueva catástrofe, esta vez económica y social que destruyó los sueños y esperanzas, y aún las certezas de millones de personas.
Aquel fue un oscuro periodo que la Humanidad sufrió bajo el imperio de la incertidumbre, de la desesperanza, del caos social y político y del miedo a una nueva guerra mundial. 



  
Fue entonces cuando nacieron los primeros Superhéroes, para abrir con sus hazañas dibujadas sobre el papel de un cómic una puerta a la esperanza, y en el peor de los casos, brindar el consuelo de poder vivir por unos momentos en un mundo paralelo donde el Bien siempre acababa triunfando sobre el Mal. 

 


El Héroe -en este caso el Superhéroe- demostraba con su existencia y sus acciones que el Mal no era invencible y que inevitablemente un mundo mejor y más humano sería posible, siempre y cuando la gente siguieran luchando por ello sin perder jamás la esperanza.
Las personas, que se sentían impotentes entonces ante esas dramáticas circunstancias, al igual que mucha gente en estos momentos, veían en el Poder del Superhéroe al invencible Guerrero Interior que siempre habían ansiado despertar en sí mismos.


Y de hecho los primeros Superhéroes no eran tales, es decir, no gozaban de superpoderes ni de invulnerabilidad frente a las armas de los criminales, sino que eran seres humanos de carne y hueso, pero de un temple especial y dotados de extraordinarias virtudes.
Así, por ejemplo, el detective Dick Tracy -el incorruptible policía de Chicago- el intrépido Buck Rogers -un astronauta pionero- o el misterioso Fantasma -el justiciero de la selva de Borneo, representaban a personas como nosotros, o al menos a modelos de conducta que cualquiera que se lo propusiera podía alcanzar, y me refiero precisamente a su heróica forma de ser y de comportarse y no sus roles como policías, astronautas o enmascarados; en este sentido se parecían mucho a los antiguos Héroes mitológicos, como Heracles, Ajax o Arjuna, ejemplos de conducta de la Antigüedad Clásica al alcance de todos aquellos que quisieran emular sus hazañas. 
 



Y entonces, en 1983, un año antes de que estallase la 2ª Guerra Mundial, nació el primer auténtico Superhéroe: ¡Superman, el Hombre de Acero!
A los ojos del público Superman representa inequívocamente a los Estados Unidos como nación, con sus ideales, su ética, su moral y su rol como gran potencia. 




Superman -su nombre ya lo expresa con toda claridad- es el Arquetipo contemporáneo del Héroe Solar, es decir, de aquel que representa, en la Clave Psicológica, a la Consciencia del Individuo abriéndose paso por encima la Consciencia Grupal del rebaño colectivo, de quien busca por encima de todo Ser Él Mismo antes que seguir sometido a la identidad uniforme, aplastante y anticuada de la servil colectividad.
El Héroe Solar es, en la Clave Mitológica, el personaje legendario -pero siempre basado en una realidad histórica acontecida- que funda y da origen a una nueva civilización o sociedad, o asimismo aquel que la protege con éxito de sus enemigos externos y/o internos, salvándola de la destrucción y el olvido.




Superman es con toda certeza el Heracles del mundo contemporáneo. Valiente, Fuerte, inteligente, noble, generoso, y por supuesto tan conocido y admirado en nuestra época como lo fue Heracles en la suya, hace 2.500 años.
A él le siguieron otros Superhéroes clásicos como Batman -el Hombre Murciélago- el Capitán Marvel -en honor a la firma del mismo nombre que editaba sus cómics- el Capitán América -incansable luchador contra los ejércitos del Eje y más tarde contra el de la Unión Soviética- Spiderman -el Hombre Araña- Hulk -el gigante de 3 metros de altura, piel verde e increíble fuerza física- y muchos otros... 



 
Y así hasta llegar al día de hoy, gracias sobretodo a los grandes editoriales que han patrocinado el género del Superhéroe desde el cómic: DC Cómics y Marvel Cómics, ambas por supuesto estadounidenses.
¡Bien! Hasta aquí por ahora; la semana que viene veremos cuáles son las principales señas de identidad de los Superhéroes, sus diferentes orígenes, algunos detalles muy interesantes, y por supuesto presentaremos a sus Alter Ego, o sea, a los grandes Supervillanos, pues no hay Héroe que se pueda preciar de ello sin un Adversario que esté a su altura y le ponga a prueba. ¿No crees? 



  

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